domingo, 4 de octubre de 2015

Galletas quitapenas

Estas galletas han sido bautizadas como las galletas quitapenas o aquellas que te tomarías si te deja el novio o novia, llevan tanto chocolate y están tan ricas que, una  vez que le hincas a una el diente se te olvida todo lo demás.

galletas quitapenas
Deliciosas y chocolatosas.
Llevan todo tipo de chocolate, de cobertura, cacao puro en polvo y pepitas de chocolate; y su textura es única, crujientes por fuera, pero cuando las muerdes, se desmenuzan en tu boca. Son simplemente deliciosas. No penséis que son empalagosas, para nada, es más, son ligeramente amargas, perfectas para los amantes del chocolate negro.

Es un regalo perfecto para estas fechas, casan bien con un buen té o café, y como deben estar de vicio (y tengo pendiente de probar, pero tengo la garganta cascada para hacerlo ahora) es ligeramente desmenuzadas y mezcladas con helado de vainilla... Solo de pensarlo se me cae la babilla.

Además, son sencillas de hacer y requieren pocos utensilios, es decir, que no hace falta tener dos armarios de la cocina llenos de cacharros. Con un par de cazos, un bol, una báscula, un par de espátulas, una cucharilla de postre y una cuchara de helado (o un par soperas) es más que suficiente. ¡Ah! y la bandeja de horno, claro.  No hay casi que estirar ni amasar, así que más fácil no os lo puedo poner.

Pues vamos a allá, si mis perras me dejan escribir... creo que están celosas porque miro las galletas con tanto amor como cuando las miro a ellas...

Por cierto, con esta receta os saldrán unas 24 galletas de un tamaño considerable (algo mayor que las que se comercializan con chispas de chocolate).

galletas quitapenas
Lo mejor para acompañar un café.
Ingredientes:

125 gramos de chocolate de cobertura
150 gramos de harina (la normal)
30 gramos de cacao puro
1 cucharadita de bicarbonato
media cucharadita de sal
125 gramos de mantequilla (a temperatura ambiente)
75 gramos de azúcar moreno
50 gramos de azúcar blanco
1 cucharadita de esencia de vainilla (se encuentra con facilidad en supermercados)
1 huevo
100 gramos de pepitas de chocolate

En primer lugar precalentamos el horno con calor arriba y abajo sin aire a 170 grados centígrados.

En un cazo pequeño ponemos el chocolate de cobertura troceado y este cazo lo ponemos, a su vez, sobre uno más grande que tiene agua (es decir, lo fundimos a baño maría). Y ponemos el conjunto al fuego (medio-alto) y movemos el chocolate hasta que se funda totalmente. Es importante no poner demasiada agua en el cazo inferior, ya que el agua no puede tocar el chocolate. Además, cuando esté prácticamente derretido, se puede apagar el fuego y aprovechar el calor del agua para terminar de fundir el chocolate (es mejor no dar demasiada temperatura al chocolate porque se quema con facilidad). Reservad tal cual, pero fuera de la fuente de calor.

Por otro lado, en un bol, mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente con los dos tipos de azúcar. Como ahora hace mucho frío, si no se ha ablandado (aunque la hayáis dejado toda la noche fuera de la nevera) podéis rallar la mantequilla, así os será más fácil mezclarla con el azúcar. Os aconsejo que lo hagáis con una espátula y paciencia. Cuando el azúcar y la mantequilla estén bien mezclados, añadid el chocolate fundido y mezclar bien. 

En este momento tendréis una mezcla muy suave y pringosa que parece más una crema ligera que una masa de galleta. Mezclad unos minutos para que baje la temperatura del chocolate y no tener problemas con el siguiente paso. Añadid en ese momento el huevo y la esencia de vainilla y mezclar bien. Reservad.

Mezclad la harina, el cacao puro, la sal y el bicarbonato y tamizar. Os recuerdo que nos sirve cualquier colador finito para evitar que queden grumos en la masa.

Añadid poco a poco la mezcla de harina y cacao a la de mantequilla, chocolate y el huevo. Cuando hayáis incorporado toda la harina os quedará una mezcla pegajosa, suave y homogénea. Incorporad en ese momento las pepitas de chocolate y mezclar bien.

Preparad la bandeja de horno con papel vegetal. Si usáis la cuchara de helado, tomad la mitad de una bola y, tal cual, dejadla sobre el papel. Si no tenéis cuchara de helado, os podéis ayudar con dos cucharas soperas. No es necesario dar forma a las galletas ni aplanarlas, lo único que hay que tener en cuenta es que crecen mucho en el horno, así que, si no queréis que os quede una gran masa cuadrada de galleta gigante, separad bien cada montón.

galletas quitapenas
Así quedan recién horneadas.
Meted en el horno, a media altura, y hornead entre 15 y 20 minutos (cada horno es un mundo). A partir de los 15 minutos, pinchad las galletas con un palillo y cuando salga sin masa de galleta pegada, estarán listas. Puede que al pincharlas os salga chocolate, porque habréis pinchado en una pepita. Si es así, volved a pinchar.

Cuando estén listas, dejad enfriar sobre la bandeja unos cinco minutos y luego pasadlas con cuidado a una rejilla (yo uso la misma del horno, le pongo unos moldes tipo flaneras en las esquinas para que quede en alto y se enfríen mejor) hasta que enfríen completamente. Se pueden guardar en una lata de galletas, si es que os da tiempo a guardar alguna.

Con esta receta vuestra casa olerá de lujo, os lo aseguro.

4 comentarios:

  1. Mmmmm....esto con un helaito casero de acompañamiento...mmmm....

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    1. Lo del heladito casero tengo que probarlo, a ver cuando llegue el tiempo de gargantas sanas jijijiji

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  2. Hay otro tipo de galletas quitapenas... te dan una risa... jijiji

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    1. Jajajaja, mejor no pregunto, que no quiero que me detengan, que eres muy peligroso... Jajaja

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