jueves, 22 de octubre de 2015

Gofres de Liège con manzana y canela

¡Como los que encuentras en Bruselas!

En esta ocasión preparamos unos deliciosos gofres de Liège con manzana caramelizada y canela que tienen su propia historia...

gofre con manzana
Gofres de Liège con manzana, ¡una delicia!
Este año, en el mes de mayo, estuve en Bélgica visitando a una gran amiga que lleva ya varios años viviendo allí. Tuve la suerte de tener a mi enterita disposición a la mejor guía del mundo mundial y disfruté cada uno de los días que pasé allí y cada una de las delicias que probé. Desde los almuerzos más "rápidos" (los servicios en Bruselas son lentísimos, aunque lo que te sirvan sea unas lentejas que ya tienen preparadas) con quiches jugosas y baggels que quitaban el hipo, hasta las cenas más copiosas y el exquisito vol-au-vent que probé en Lovaina.

comida belga
Cena en Lovaina.
Pero si hay algo que me producía especial expectación eran los gofres. Soy una amante de los gofres, de esas que van como loca tras los puestos de gofres y algodón de azúcar en una feria, como si no hubiera un mañana. ¡Y tardé tres días en probarlos! Sí, los días anteriores hubo macarons, créme brûlée, bombones, caramelos de violetas... Pero, finalmente, en Amberes probé mis primeros gofres belgas. Y me lo pedí con manzana y canela, para sorpresa de mi amiga, que esperaba que lo pidiera con chocolate, que es lo más habitual (lo comí con chocolate en Brujas, sí, una vez que comí el primero no pude parar). Estaba delicioso, jugoso pero con cuerpo, nada empalagoso, calentito... ¡una delicia!

gofres belgas
Primer gofre en Bélgica.
Así que, cuando surgió la manzana para el reto color y sabor de temporada, no me lo pensé dos veces y decidí preparar mi propia versión de los deliciosos primeros gofres belgas que me comí. Para ello me basé en la receta de gofres de Liège del libro "What's cooking in Belgium" que me compré en Brujas. Y, la verdad, no me ha defraudado. 

What's cooking in Belgium
Portada del libro, repleto de exquisitas preparaciones.
Para coronar estos deliciosos gofres salteado unas manzanas, de forma que se parezcan al que yo me comí en Amberes.

gofre con manzana
Mi versión de los gofres de Liège con manzana.

Ingredientes para 4 o 5 gofres:

1 huevo pequeño (talla S)
100 gramos de harina
60 gramos de mantequilla
50 gramos de azúcar perlado
25 gramos de azúcar moreno (yo usé panela)
10 gramos de levadura fresca
40 ml de leche tibia
1 gota de esencia de vainilla
1 pizca de sal
1/4 cucharadita de canela

ingredientes para gofres
Ingredientes para los gofres.
El primer paso es disolver la levadura en la leche tibia. Es importante que esté tibia, porque si está muy caliente matará la levadura. La mejor forma de comprobarlo es metiendo el dedo y que la leche no queme. Dejaremos reposar la mezcla durante unos 15 minutos y veremos como esta se espesa y le salen burbujitas. En ese momento estará lista para usar.

preparación de los gofres
Leche tibia con levadura.
Mientras, en un bol mezclamos la harina, la sal, el azúcar moreno o panela y la canela. 

masa para gofres
Mezclamos los ingredientes secos.
Una vez hayan pasado los 15 minutos y la leche esté lista, la volcamos sobre la mezcla sólida añadiendo también el huevo batido. Mezclamos bien y dejamos reposar tapado con un paño limpio en un lugar cálido.

masa para gofres
Añadimos la leche y el huevo.
El tiempo de reposo dependerá de la temperatura de nuestra cocina. Es importante que no haya corrientes de aire para que la masa duplique su volumen. En mi caso tardó alrededor de una hora.

masa para gofres
Al mínimo roce, la masa baja, pero se ven las burbujas.
En este momento la masa es muy delicada y con un movimiento suave se bajará. Es normal, no os preocupéis. La masa a mi me quedó muy pegajosa porque me equivoqué y cogí un huevo mediano, el único problema de ello es que no os recomiendo usar las manos para trabajar la masa, es preferible emplear una espátula. 

masa para gofres
Añadimos la mantequilla.
Tras el reposo, incorporamos la mantequilla a temperatura ambiente a la masa. Este es el paso más largo de todo el proceso, pues es el ingrediente que más cuesta que quede integrado, pero con un poquito de paciencia, solucionado.

masa para gofres
Masa preparada.
En este momento ya tenemos lista la masa, lo único que queda es añadir el azúcar perlado que dará ese toque crujiente y dulce al gofre que lo hace tan especial. Si no tenéis azúcar perlado, os dejo en este enlace la receta que ya publiqué en la que os digo cómo preparalo. Es muy fácil y, francamente, marca la diferencia entre un gofre de Liège y un gofre de Bruselas (aunque son más populares en la ciudad los primeros) más parecido a un bizcocho y con una perfecta forma cuadrada.

masa para gofres
Incorporamos el azúcar perlado.
Yo añadí el azúcar perlado en trozos no muy grandes, ya que mi gofrera no me permite hacer gofres muy altos. Una vez lista la masa, se deja reposar unos 15 minutos (levedará un poco más). Podemos aprovechar ese tiempo para poner a calentar la gofrera que habremos engrasado con un aceite suave (yo usé uno de girasol). Una vez caliente, vertemos un par de cucharadas de masa en el centro de cada gofre. No hace falta extenderlo, simplemente cerramos la gofrera y los dejamos cocinar entre tres y cinco minutos, depende de la temperatura que alcance el aparato. Durante el primer minuto es preferible no abrir la gofrera para evitar que rompamos el gofre.

Si no tenéis gofrera, pero queréis probar la receta, no hay problema, en el libro dan una opción para estos casos. Una vez la masa esté lista, se vuelca en un molde enharinado, se deja reposar unos 30 minutos en un lugar cálido y se hornea sin ventilador durante unos 30 minutos a 200º. Estas indicaciones son para un molde de 25 centímetros y el triple de las cantidades de los ingredientes indicados más arriba. Esta prepración se llama Verviers Cake.

Ingredientes para la manzana caramelizada:

1 manzana (de una variedad que se mantenga entera, tipo Fuji)
1 cucharadita rasa de mantequilla
2 cucharaditas colmadas de panela
2 cucharaditas de azúcar blanquilla
un chorrito de zumo de limon
1 cucharadita de canela

manzana caramelizada
Sin duda, me quedé muy corta de manzana.
Pelamos y cortamos la manzana en cubitos y las rociamos con el chorrito de zumo de limón para que no se oxide. Mi manzana era pequeña, tenía que haber puesto dos, porque queda tan deliciosa que apatece comerla incluso sin gofre, ¡a cucharadas! 

Mientras, ponemos a calentar en una sartén la cucharada de mantequilla con la mezcla de azúcar y un par de cucharaditas de agua. Cuando la mezcla entre en ebullición añadimos la manzana y cocinamos moviendo la manzana con delicadeza hasta que esté dorada (no debe quedar como una compota, los trozos deben quedar enteritos aunque cocidos). 

Servimos los gofres acompañados de la manzana caramelizada, espolvoreamos con canela y... ¡ a disfrutar!

gofres con manzana
Mi versión de los gofres de Liège con mazana.

jueves, 15 de octubre de 2015

Mi particular versión del hummus

Una cena rápida y sabrosa a base de garbanzos


Hoy os traigo una receta salada, que no solo de dulces vive el hombre. En mi casa es una cena recurrente porque es muy rápida su preparación y nos encanta. Eso sí, esta es mi adaptación, el hummus auténtico lleva tahín, una pasta de sésamo tostado, pero como la primera vez que lo hice no le puse y a mi madre le gustó, así he dejado mi versión del hummus.

hummus
Mi particular versión del hummus.
Otra de las peculiaridades de esta receta es que se hace "a puñados" y "a poquitos", es decir, no hay cantidades exactas, ya que depende mucho del gusto del comensal. Así que lo mejor es ir probando la preparación y añadir las cantidades poco a poco.

Ingredientes:

garbanzos cocidos
agua
aceite de oliva
sal
zumo de limón
pimentón
pimienta blanca

En casa siempre tengo garbanzos cocidos en el congelador. Cocer garbanzos es algo que me da mucha pereza, así que, cuando me decido y los pongo en remojo, cuezo una buena cantidad para tener siempre a mano. Simplemente dejo que se descongelen y ya los tengo listos para usar.

En un vaso de batidora de boca ancha ponemos los garbanzos (yo pongo algo más de la mitad del vaso y da para una cena de dos personas zamponas) y los batimos con un poquito de agua (poco, es preferible ir añadiendo cucharada a cucharada, porque como nos pasemos, no tiene arreglo y se resbalará por el pan). La textura que debe quedar es gruesa, de pasta con mucho cuerpo.
hummus
La textura sin el aceite es más gruesa y tosca.
Sin dejar de batir añadimos el aceite de oliva, con él conseguiremos una textura más cremosa y suave. La cantidad de aceite también va a gusto, aunque por norma es muy superior a la de agua. En este momento añadimos también la sal, la pimienta blanca molida (solo un poquito) y el pimentón y batimos bien comprobando el punto de sal.
hummus
Añadido el limón ya está listo para comer.
Finalmente, añadimos el zumo de limón, que le dará un toquecito fresco y realzará el sabor de los garbanzos.

hummus
En casa lo acompañamos de pan casero o naan.
Con todo listo, solo hay que ponerlo en un plato hondo o fuente, crear unos surcos con una cuchara, echar un chorrito de aceite y espolvorear con pimentón. Ya tenemos nuestra particular versión del hummus lista para comer. Lo podremos acompañar de pan hindú naan, de bastones de zanahoria, pimiento o pepino, o con tostadas de un buen pan tipo chapata.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Azúcar perlado casero

Una preparación que os servirá para el roscón de reyes, bollos suizos y gofres.


En esta ocasión traigo una preparación que os completará otras recetas. Se trata del azúcar perlado que, aunque en muchos sitios es bastante fácil de conseguir, donde vivo no lo he encontrado aún y mucho menos a un precio que no me parezca descabellado, pues al fin y al cabo, es azúcar blanco.

azúcar perlado
Azúcar perlado listo para usar.
Con esta receta os saldrá una plancha bastante grande de azúcar perlado que os durará mucho tiempo, pues aunque lleva clara de huevo, durante la preparación esta se cuece. Además, el azúcar es un conservante natural. Lo podéis usar en el roscón de reyes, en bollos suizos o bollos de leche, en gofres y en cualquier preparación en la que queráis que haya trozos crujientes de azúcar que no se desmoronen.

azúcar perlado
El tamaño de las perlas lo decidimos nosotros.

La receta que os traigo es una modificación de la que encontré en el blog postre adicción. La he hecho siguiendo sus pasos, aunque no al pie de la letra y modificando las cantidades, además os he hecho fotos del procedimiento y, como mi termómetro se ha estropeado, lo he hecho comprobando el punto del azúcar, así quienes no tengan termómetro de azúcar podrán realizar esta receta con relativa facilidad.

Esta receta tiene dos preparaciones, por un lado una glasa y por otro, un almíbar.

Ingredientes para la glasa

1 clara de huevo (yo he usado un huevo pequeño)
75 gramos de azúcar

Para realizar la glasa, ponemos la clara en un vaso ancho de batidora y con las varillas de la batidora empezamos a montarla. Cuando empiece a salir espuma (la imagen superior de la izquierda de la foto de debajo de este párrafo) añadimos unos 15 gramos de azúcar y seguimos batiendo. Cuando la mezcla esté esponjosa (imagen contigua a la anterior) añadimos otros 15 gramos de azúcar y seguimos batiendo y añadiendo azúcar poco a poco hasta completar los 75 gramos. La glasa debe quedar blanca, brillante y con cuerpo, como en la imagen inferior de la foto. Una vez lista, reservamos y seguimos con el almíbar.

azúcar perlado
Formación de la glasa
Cuando tengamos lista la glasa, es el momento de preparar un papel de horno con un poco de azúcar glas espolvoreado por encima.

Ingredientes del almíbar

500 gramos de azúcar
230 gramos de agua

En una olla bastante alta mezclamos el azúcar y el agua y lo ponemos al fuego removiendo continuamente. Inicialmente lo ponemos a fuego medio bajo durante unos 10 minutos, que es el tiempo que tardará el azúcar en disolverse. En ese momento subimos el fuego a medio alto (yo lo puse en el ocho y mi vitrocerámica tiene 9 temperaturas) y no dejamos de remover durante, al menos unos 20 o 25 minutos. Quien tenga termómetro, tendrá listo el almíbar cuando este alcance los 126º, quienes no tenemos termómetro tendremos que ir probando el azúcar hasta alcanzar el punto bola fuerte.
azúcar perlado
Cocción del almíbar y mezcla con la glasa.
Dada la temperatura que alcanza el azúcar, que estaba sola y que una vez que se pasa el punto bola fuerte se hace caramelo, no tengo fotos de todo el proceso. Pero tranquilos, que yo os explico cómo saber cuando el azúcar ha alcanzado el punto que necesitamos. Cuando pasen unos 20 minutos desde que habéis subido el fuego tendremos que empezar a hacer pruebas. Para ello, antes de poner a cocer el almíbar es conveniente poner un bol (yo prefiero usar uno de cerámica que aguanta mejor la temperatura) con agua muy fría, algún cubito hielo y una cucharilla metálica dentro, cerca de donde estamos cociendo el almíbar. Cuando ha pasado este tiempo y vemos que se ha ido espesando e incluso ha adquirido un muy muy ligero tono es el momento de hacer las pruebas. 

En la cucharilla, que estará muy fría, vertemos con la cuchara que usamos para mover el almíbar una pequeña cantidad del almíbar sobre ella y la sumergimos en el agua fría. La giramos para retirar el exceso de agua y, tras mojarnos los dedos en ese agua fría, cogemos el caramelo con las puntas de los dedos. Si conseguimos hacer una bola transparente, que se deja modelar y mantiene la forma, es decir, que no se escurre, es que habremos conseguido el punto perfecto del almíbar. En la foto de abajo tenéis el ejemplo de cómo debe quedar el azúcar en el punto de bola fuerte.

azúcar perlado
Punto bola fuerte y azúcar listo para desmenuzar.
En ese momento lo retiramos del fuego y añadimos la glasa sin dejar de remover, pero siempre en la misma dirección. Se pegará a las paredes incluso fuera del fuego y aumentará su volumen, no dejéis de remover y rebañar los bordes sin miedo para que todo esté bien mezclado. Yo lo mezclé todo, apartado del fuego, durante unos cinco minutos. En ese momento, lo vertí con mucho cuidado (la mezcla está muy caliente) sobre el papel de horno y lo extendí con la misma cuchara y, sí, rasqué las paredes de la olla porque se queda mucha mezcla pegada y yo no pienso tirar nada jajaja. 

azúcar perlado
Y ya la tendremos lista para usar.
La parte rascada de las paredes es la que podéis ver en la foto que ya está "desmoronada". Cuando se enfríe bastante, se puede partir en trozos para que sea más fácil de guardar. Yo lo dejé un día en el horno entre dos bandejas para que perdiera toda la humedad y lo guardé en trozos grandes, para así decidir en cada receta el tamaño del que quiero las perlas de azúcar. Lo podéis guardar en un tupper o en un envase de cristal, pero siempre a temperatura ambiente, nunca en la nevera.

¡Listo! Ya tenéis azúcar perlado para preparar gofres o bollos suizos, que es la última perdición de mi madre. Desde que le localicé una receta que queda deliciosa nunca faltan en su congelador, porque se congelan genial y cuando los descongelas ¡no se nota! No hay excusa para tomar dulces caseros.

domingo, 4 de octubre de 2015

Galletas quitapenas

Estas galletas han sido bautizadas como las galletas quitapenas o aquellas que te tomarías si te deja el novio o novia, llevan tanto chocolate y están tan ricas que, una  vez que le hincas a una el diente se te olvida todo lo demás.

galletas quitapenas
Deliciosas y chocolatosas.
Llevan todo tipo de chocolate, de cobertura, cacao puro en polvo y pepitas de chocolate; y su textura es única, crujientes por fuera, pero cuando las muerdes, se desmenuzan en tu boca. Son simplemente deliciosas. No penséis que son empalagosas, para nada, es más, son ligeramente amargas, perfectas para los amantes del chocolate negro.

Es un regalo perfecto para estas fechas, casan bien con un buen té o café, y como deben estar de vicio (y tengo pendiente de probar, pero tengo la garganta cascada para hacerlo ahora) es ligeramente desmenuzadas y mezcladas con helado de vainilla... Solo de pensarlo se me cae la babilla.

Además, son sencillas de hacer y requieren pocos utensilios, es decir, que no hace falta tener dos armarios de la cocina llenos de cacharros. Con un par de cazos, un bol, una báscula, un par de espátulas, una cucharilla de postre y una cuchara de helado (o un par soperas) es más que suficiente. ¡Ah! y la bandeja de horno, claro.  No hay casi que estirar ni amasar, así que más fácil no os lo puedo poner.

Pues vamos a allá, si mis perras me dejan escribir... creo que están celosas porque miro las galletas con tanto amor como cuando las miro a ellas...

Por cierto, con esta receta os saldrán unas 24 galletas de un tamaño considerable (algo mayor que las que se comercializan con chispas de chocolate).

galletas quitapenas
Lo mejor para acompañar un café.
Ingredientes:

125 gramos de chocolate de cobertura
150 gramos de harina (la normal)
30 gramos de cacao puro
1 cucharadita de bicarbonato
media cucharadita de sal
125 gramos de mantequilla (a temperatura ambiente)
75 gramos de azúcar moreno
50 gramos de azúcar blanco
1 cucharadita de esencia de vainilla (se encuentra con facilidad en supermercados)
1 huevo
100 gramos de pepitas de chocolate

En primer lugar precalentamos el horno con calor arriba y abajo sin aire a 170 grados centígrados.

En un cazo pequeño ponemos el chocolate de cobertura troceado y este cazo lo ponemos, a su vez, sobre uno más grande que tiene agua (es decir, lo fundimos a baño maría). Y ponemos el conjunto al fuego (medio-alto) y movemos el chocolate hasta que se funda totalmente. Es importante no poner demasiada agua en el cazo inferior, ya que el agua no puede tocar el chocolate. Además, cuando esté prácticamente derretido, se puede apagar el fuego y aprovechar el calor del agua para terminar de fundir el chocolate (es mejor no dar demasiada temperatura al chocolate porque se quema con facilidad). Reservad tal cual, pero fuera de la fuente de calor.

Por otro lado, en un bol, mezclamos la mantequilla a temperatura ambiente con los dos tipos de azúcar. Como ahora hace mucho frío, si no se ha ablandado (aunque la hayáis dejado toda la noche fuera de la nevera) podéis rallar la mantequilla, así os será más fácil mezclarla con el azúcar. Os aconsejo que lo hagáis con una espátula y paciencia. Cuando el azúcar y la mantequilla estén bien mezclados, añadid el chocolate fundido y mezclar bien. 

En este momento tendréis una mezcla muy suave y pringosa que parece más una crema ligera que una masa de galleta. Mezclad unos minutos para que baje la temperatura del chocolate y no tener problemas con el siguiente paso. Añadid en ese momento el huevo y la esencia de vainilla y mezclar bien. Reservad.

Mezclad la harina, el cacao puro, la sal y el bicarbonato y tamizar. Os recuerdo que nos sirve cualquier colador finito para evitar que queden grumos en la masa.

Añadid poco a poco la mezcla de harina y cacao a la de mantequilla, chocolate y el huevo. Cuando hayáis incorporado toda la harina os quedará una mezcla pegajosa, suave y homogénea. Incorporad en ese momento las pepitas de chocolate y mezclar bien.

Preparad la bandeja de horno con papel vegetal. Si usáis la cuchara de helado, tomad la mitad de una bola y, tal cual, dejadla sobre el papel. Si no tenéis cuchara de helado, os podéis ayudar con dos cucharas soperas. No es necesario dar forma a las galletas ni aplanarlas, lo único que hay que tener en cuenta es que crecen mucho en el horno, así que, si no queréis que os quede una gran masa cuadrada de galleta gigante, separad bien cada montón.

galletas quitapenas
Así quedan recién horneadas.
Meted en el horno, a media altura, y hornead entre 15 y 20 minutos (cada horno es un mundo). A partir de los 15 minutos, pinchad las galletas con un palillo y cuando salga sin masa de galleta pegada, estarán listas. Puede que al pincharlas os salga chocolate, porque habréis pinchado en una pepita. Si es así, volved a pinchar.

Cuando estén listas, dejad enfriar sobre la bandeja unos cinco minutos y luego pasadlas con cuidado a una rejilla (yo uso la misma del horno, le pongo unos moldes tipo flaneras en las esquinas para que quede en alto y se enfríen mejor) hasta que enfríen completamente. Se pueden guardar en una lata de galletas, si es que os da tiempo a guardar alguna.

Con esta receta vuestra casa olerá de lujo, os lo aseguro.

jueves, 1 de octubre de 2015

Easter cheesecake, cremoso y refrescante

Queso, mucho queso, en forma de tarta ligera


Hoy os traigo una receta de tarta de queso que hice en dos formatos diferentes, una grande para llevar a una cena y tartitas individuales para glotones (muy abundantes, ya lo veréis). Si os gusta el queso esta tarta os va a enloquecer...

Easter cheesecake individual
Easter cheesecake individual.
Es una receta distinta a las habituales que solemos encontrar de tarta de queso, pues no lleva base de galletas ni una cobertura de mermelada, confitura o frutas. Es parecido al relleno de esas tartas tradiciones de queso, pero con una textura totalmente diferente y un sabor muy gustoso y refrescante. Además, no contiene ningún tipo de harina, por lo que es apta para celíacos, no hay excusa para no probar esta tarta.

Se trata de una adaptación del easter cheesecake de Marta Stewart. Las cantidades son inferiores (aunque yo hice el doble porque tenía que llevar una a la cena y mi madre quería que le dejase bien surtida la nevera) y es más cremosa.

Easter cheesecake individual
Easter cheesecake individual.
Una recomendación. Esta tarta está más rica de un día para otro, requiere bastante tiempo de horno, aunque su preparación es rápida; y de enfriado, así que tenedlo en cuenta si os la queréis llevar a una cena como hice yo. Además, una vez que he probado los dos formatos, tartitas individuales o una grande, me quedo con las individuales porque no requieren ser desmoldadas, una tarea bastante complicada dado lo cremosa que es.

Ingredientes

Media taza de nata para repostería
3/4 de taza de azúcar
600 gramos de queso crema
2 huevos batidos
Media cucharada de esencia de vainilla (líquida o en pasta)
60 gramos de almendras picadas gruesas
1 cucharada de mantequilla
ralladura de un limón o una naranja

Easter cheesecake ingredientes
Aquí sale el doble de ingredientes, soy muy golosa.

¡Manos a la obra!

Algo que tendremos que hacer antes de preparar la tarta es comprobar, en el caso de que nos decidamos por tartas individuales, que entra dentro de otro recipiente que llenaremos con agua hirviendo antes de introducir el horno, ya que el easter cheesecake se hornea al baño María.

Easter cheesecake preparación moldes
Comprobad que los moldes entran en el de mayor tamaño.
Como veis en la foto, con el doble de ingredientes se obtienen cuatro minitartitas y una grande en un molde de unos 15 centímetros (todos hasta bien arriba, pero no temáis, que no suben en el horno, así que no hay riesgo de que se desborden). Aunque a mi me salieron cuatro individuales, yo os aconsejo que hagáis seis llenando menos los recipientes o incluso ocho si no sois de gran comer. En casa cada individual la comíamos entre mi madre y yo (menos un día que mi madre se zampó una entera para merendar y, evidentemente, prescindió de cenar).

Pondremos a precalentar el horno a 160ºC antes de empezar a mezclar los ingredientes para que esté a la temperatura correcta cuando vayamos a hornear la tarta o las minitartitas.
Easter cheesecake preparación moldes
Tras la mantequilla espolvoreamos las almendras.
El primer paso es preparar los moldes. Para ello fundimos la mantequilla. Lo más cómodo y rápido es usar la función de descongelar del microondas en períodos muy cortos de tiempo, ya que solo necesitamos una cucharada. Con una brocha (si no tenemos o nos da pereza podemos usar los dedos) untamos los moldes con abundante mantequilla y luego espolvoreamos con la almendra picada, no debe quedar una capa gruesa de almendras, más bien fina y bien repartida, así que hay que retirar el excedente.

En un bol batimos el queso, la nata y el azúcar. Os recomiendo usar una batidora eléctrica, que agiliza el trabajo, porque de forma manual acaba el brazo dolorido, pues el queso no es lo más fácil de batir.

Easter cheesecake preparación
Preparación del easter cheesecake.
Incorporamos los huevos de uno en uno y ligeramente batidos, la ralladura de naranja, de limón o una mezcla de ambos cítricos, y la esencia de vainilla.

Easter cheesecake antes de hornear
Tranquilidad, no sube en el horno.
Una vez preparada la mezcla, la introducimos en los moldes. Estos, a su vez, los colocamos en la fuente que irá al horno y en la que verteremos con cuidado agua hirviendo hasta un poco antes del borde de los moldes de forma que no entre agua en ellos, pero se encuentren parcialmente sumergidos. 

Introducimos la bandeja en el horno y horneamos bajando la temperatura a 100ºC alrededor de una hora y 45 minutos, el tiempo exacto depende de cada horno. Durante este tiempo hay que controlar que el baño María tenga siempre agua.

Easter cheesecake listo
El easter cheesecake, listo.
Las tartas estarán listas cuando la superficie esté firme al tacto. Como dije al principio, estas tartas requieren un proceso de enfriado lento. Así, cuando ya estén cuajadas, las dejaremos enfriar dentro del horno habiendo apagado el horno y dejando la puerta ligeramente abierta para que se enfríen poco a poco. Una vez que se encuentren a temperatura ambiente (alrededor de dos horas) las podremos sacar del horno y refrigerar en la nevera. Se conservan varios días en la nevera y, como os comenté al principio, están más ricas tras pasar entre 12 y 24 horas en la nevera. Y para consumir, la sacamos de la nevera, dejamos que pierda un poco de frío de la nevera y... ¡a zampar! Estoy segura de que, si os gusta el queso, esta receta os encantará. Ya me contaréis.